David Sarrión nos conduce, por la expresión surrealista de sus poemas; emergentes racionalizados de sus pensamientos y emociones más profundas, en lo que podría antojarse como una lectura inquietante.
Citemos como muestra sus ambivalencias, característica del ser humano: llorar y no llorar; alegría-tristeza y suicidio temporales. Las contradicciones aparentes, generan versos de extraordinaria belleza, cuyo significado inconsciente, pone de manifiesto el gramo de locura que todos tenemos, pero que pocos nos atrevemos a mostrar. David se destoca del convencionalismo ? ?poeta maldito?- y destaca la locura colectiva, socialmente aceptada cuando dice: ellos están locos. Tropiezan en piedras de hielo y naufragan en copas de ginebra. Pero admite, en cierta forma, el desajuste al agregar: ellos están locos porque piensan lo mismo que yo.
Desvelar los mensajes del este poemario, supone un análisis profundo ?psicodinámico, tal vez- pero muy atrayente. Hay que leer despacio a David Sarrión; sus poemas se antojan fascinantes, tanto por la belleza que entrañan en la forma, como por el ejercicio intelectual que requiere su comprensión.