Como todos los días, Carmen sale de su casa camino al Ayuntamiento de Madrid para iniciar su jornada laboral. Pero hoy no será un día cualquiera. En su puesto de trabajo le aguarda algo inesperado, increíble, una sorpresa espeluznante que dará un giro radical a su vida, la cual ya no volverá jamás a ser como antes.Una trama de injusticia que se inicia esa misma mañana y que, pasando de una escena a otra, desembocará en una sinrazón, en un laberinto demente sin salida que acabará con su ingreso y estancia en prisión.La autora, protagonista de este relato, cuenta su historia con una narración directa, transparente y clara, dejando a flote su sentimiento, con pinceladas maestras de humor no exento de ironía y crítica a las deficiencias, sufridas en su piel, del sistema penitenciario, así como del propio sistema judicial, que la abocarán a un duro y largo peregrinaje tanto en la propia cárcel como por las diversas instancias y tribunales incluso europeos por los que tuvo que bregar y combatir, a veces casi sin aliento, con la impotencia que da luchar contra un molino gigante.Justicia perversa, o crónica de un atropello judicial, es un libro que nunca debió escribirse porque nunca debieron suceder los hechos que narra. Quienes conocen a la protagonista saben que la investigación, la instrucción, todo, falló de principio a fin y que se construyó sobre un error tras otro porque es imposible e impensable que se pueda imputar cargo alguno a nuestro personaje.En fin, un libro con una historia real narrada en primera persona que no dejará indiferente a nadie.17 de abril de 2022Concepción Vicente MartínezProcuradora de los tribunales